
No sé si mis dudas crecen o se aclaran,
no sé qué remueves cerca di mi aorta
cuando me sorprendes mirándome absorta,
cuando me intercepta tu mirada clara.
No sé qué inconfesables confidencias
se cuentan nuestros ojos esas veces,
mas quizás, sólo tú te estremeces
y seguro yo me pongo en evidencia.
Entonces con nervioso pestañeo
interrumpo nuestra silente charla,
pues hay alguien que no debe sospechar.
Me confunde lo que tu mirada veo
y aunque una y otra vez he de esquivarla
vuélveme una y otra vez así a mirar.