
La odiada dadora de vida.
Blanca pausa en un correr de letras,
luz ausente de cada pestañeo;
raptora del sol que ahora no veo
y en breve de esta luna que a ella va.
Tenue línea entre el sueño y la vigilia
silencio que abre paso a otro sonido;
sin ella no hincha al pecho otro latido
y ella misma el último impondrá.
Esperanza de la fugaz sonrisa
llanto amargo que a la aflicción deslíe;
no hay tedio que en ella no confíe,
ni éxtasis que escape a su rigor.
El tac que anuncia el tic de otro segundo,
la huella que a otro paso el turno cede,
el hacha que a este folio gris precede,
…el humus que asciende hasta la flor.
Me equivoqué, sin embargo;
no tienes escapatoria.
¿Nada viste, excepto sombra?.
pues viste su faz mortuoria.
Blanca pausa en un correr de letras,
luz ausente de cada pestañeo;
raptora del sol que ahora no veo
y en breve de esta luna que a ella va.
Tenue línea entre el sueño y la vigilia
silencio que abre paso a otro sonido;
sin ella no hincha al pecho otro latido
y ella misma el último impondrá.
Esperanza de la fugaz sonrisa
llanto amargo que a la aflicción deslíe;
no hay tedio que en ella no confíe,
ni éxtasis que escape a su rigor.
El tac que anuncia el tic de otro segundo,
la huella que a otro paso el turno cede,
el hacha que a este folio gris precede,
…el humus que asciende hasta la flor.
Me equivoqué, sin embargo;
no tienes escapatoria.
¿Nada viste, excepto sombra?.
pues viste su faz mortuoria.