jueves, 20 de diciembre de 2007

Ella


La odiada dadora de vida.


Blanca pausa en un correr de letras,

luz ausente de cada pestañeo;

raptora del sol que ahora no veo

y en breve de esta luna que a ella va.

Tenue línea entre el sueño y la vigilia

silencio que abre paso a otro sonido;

sin ella no hincha al pecho otro latido

y ella misma el último impondrá.


Esperanza de la fugaz sonrisa

llanto amargo que a la aflicción deslíe;

no hay tedio que en ella no confíe,

ni éxtasis que escape a su rigor.

El tac que anuncia el tic de otro segundo,

la huella que a otro paso el turno cede,

el hacha que a este folio gris precede,

…el humus que asciende hasta la flor.


Me equivoqué, sin embargo;

no tienes escapatoria.

¿Nada viste, excepto sombra?.

pues viste su faz mortuoria.