
Ajeno en mi propio verso:
lo inspira el empíreo estro;
pertenece al universo.
lo inspira el empíreo estro;
pertenece al universo.
Me ha bendecido el cielo con el don
de rimarle hermosas notas a la lira,
encargándome con ello la misión
de iluminar al alma que la admira.
Yo intento con mi arte abrir caminos
y también deleitar y hacer soñar,
mas dueña no soy yo de este destino,
ni es mío el fruto de mi arduo poetizar.
Y aunque es mi mano el humano instrumento
que escribe versos de métrica armonía
guiada por mi alado pensamiento.
Las ideas que rimo no son mías;
pues lo que al mundo le lega mi talento
es el verbo de Dios hecho poesía.